La arquitectura típica de la zona, paredes de adobe con techos de caña y barro integran las cuatro habitaciones que miran desde lo alto a la Quebrada de Humahuaca y al pueblo de Tilcara, donde el turquesa profundo del cielo y los matices de los cerros envuelven al huésped haciéndolo parte del lugar desde un ambiente cálido que invita al encuentro y al descanso.